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La Amnistía Social: Una propuesta de base

¿En qué consiste esta propuesta? ¿A quién va dirigida?

Estos interrogantes son con los que nos encontraremos a la hora de explicar en qué se basa esta demanda, qué queremos decir cuando hablamos de Amnistía Social. Pero tendremos que hacernos más preguntas, y eso es lo que queremos intentar responder con este documento.

Vayamos a las definiciones de lo que quiere decir literalmente amnistía:

La amnistía (del griego “amnestia”, olvido) es una causa de extinción de la responsabilidad penal. Es un acto jurídico, normalmente emanado del poder legislativo, por el que una pluralidad de individuos que habían sido declarados culpables de un delito pasan a considerarse inocentes por desaparición de la figura delictiva”.

“La amnistía suele tener efectos retroactivos y, entre otros, extingue toda responsabilidad penal o civil y anula los antecedentes penales. Por el mismo motivo es general, dado que actúa sobre todos los que cometieron ese delito, y no sobre individuos concretos”.

“La amnistía suele suponer un nuevo juicio de valor sobre la conveniencia de prohibir o sancionar una conducta. Por esa razón, las leyes o actos de amnistía son más frecuentes en momentos de cambios sociales o de regímenes políticos, y en ocasiones se asocia al perdón de presos políticos. Sin embargo, su empleo puede ser objeto de polémica, pues puede provocar la impunidad de quienes cometieron graves hechos durante un régimen anterior”.

Las modalidades de amnistía más conocidas son las que afectan a militantes presas de organizaciones políticas (amnistía política). Recientemente, el gobierno ha usado la amnistía para beneficiar a corruptos y defraudadores (amnistía fiscal).

¿Y qué es una AMNISTÍA SOCIAL?

El concepto que planteamos tiene unas connotaciones diferentes y más amplias de las que conocemos como “amnistía política”.

Muchas personas han padecido sanciones (o estamos en la lista de espera) cuando, en defensa de sus derechos básicos (sanidad, educación, vivienda, libertad de expresión, concentración, huelga, manifestación, dignidad humana, etc.), y forzadas por unas circunstancias de las que son víctimas, han sufrido en sus carnes la rigurosidad de las leyes vigentes y la desproporcionada actuación de los cuerpos de seguridad del Estado.

Cada una de las luchas, en este proceso de defensa de los derechos, de lo público (huelgas generales y sectoriales (mineras, limpieza, sanidad, educación, estudiantiles, etc.)), el 15-M, los desahucios y las okupaciones, las mareas, blancas, verdes, azules, negras, etc, las marchas de la dignidad, en defensa del derecho al aborto y los derechos de las mujeres, las de las discapacitadas, las de las preferentistas, contra la represión, etc), ha conllevado una confrontación de miles de personas con la legalidad por razones políticas y humanitarias. Mucha gente ha comprobado como nos han apaleado, identificado, sancionado, detenido y encarcelado.

Nos han desdibujado e insultado sin compasión a través de sus medios de desinformación. Nos hemos encontrado con una acción represiva desmedida por parte del Estado en defensa de los intereses de quienes son los responsables de esta situación de emergencia social que estamos sufriendo, de este genocidio de baja intensidad al cual nos someten.

El Estado ha desplegado una cobertura legal para esas actuaciones represivas y sancionadoras (muchas de ellas violentas), que ha evolucionado en sentido contrario de lo que sus propias leyes dictan, incluida la Carta Magna.

Lo vimos con el 15-M en la Plaza del Sol, en Plaza Catalunya en Barcelona y en la Generalitat de Valencia. Con las estudiantes de la Primavera valenciana y en cada desahucio ejecutado, en cada desalojo de una okupación.

Lo hemos visto con los casos de Laura y Eva de C.G.T de Barcelona y de Alfon en Vallekas, con Carlos y Carmen de Granada y otra gente en los piquetes de las huelgas generales.

Lo hemos sufrido en los Rodea el Congreso y las Marchas de la Dignidad del 22-M, cuando las luchas mineras o con las que llevan adelante las estudiantes universitarias. En cada escrache contra banqueros y políticos estafadores y corruptos, en las concentraciones solidarias con anarquistas injustamente criminalizadas.

Lo estamos padeciendo y les gustaría que lo hiciéramos en silencio, que hagamos de tripas corazón tras cada suicidio ignorado y silenciado, tras cada intervención violenta de los Cuerpos de Seguridad del Estado.

Una solución excepcional para una situación crítica

A la hora de sancionarnos y ejercer la represión en protestas más que justificadas, no ha contado para nada la situación de excepcionalidad a la que nos han llevado. Una situación de empobrecimiento de millones de personas, de perdidas de derechos conquistados con mucho esfuerzo y luchas donde las trabajadoras dejaron su vida.

Es en este marco excepcional donde miles de personas han tenido que encontrase en situaciones que difícilmente imaginaban. El adiós al “estado de bienestar”, y la ruptura de eso que llamaban “la paz social”, nos han forzado a la confrontación, No con quienes han participado del expolio general de nuestras economías y derechos, sino con sus medios coercitivos, las fuerzas de seguridad del estado, y su sistema judicial.

Y es porque han sido las luchas sociales las que han mantenido este duro pulso, por lo que reclamamos AMNISTIA SOCIAL y exigimos que sean olvidados nuestros supuestos delitos o infracciones de la ley en contra de un saqueo de lo común, de lo público, de lo que es de todas.

No pedimos que nos perdonen por haber arriesgado nuestros sueldos y puestos de trabajo, nuestra seguridad e integridad física por lo que estamos sufriendo, No pedimos ni clemencia ni indultos, reclamamos y exigimos justicia social.

Y lo hacemos conscientes de lo justas y necesarias que son nuestras luchas. Porque no somos fichas en el juego político. Sea quien sea quien acceda al poder político, tendrá que hacer justicia con las personas que han pasado por momentos de represión injustificada durante este período tan brusco para miles de personas. Es necesaria esa AMNISTIA SOCIAL porque hemos luchado con ejemplaridad y por eso ninguna persona merece un castigo.

Además es justa su exigencia, máxime cuando es demostrable que los métodos de lucha empleados en defensa de nuestras reivindicaciones, por contundentes que parecieran, no han generado hechos violentos que supusieran perdidas de vidas alguna. Fueron muestras de nuestra impotencia y de la rabia contenida frente a la prepotencia de lo que se nos aplicaba, frente a la dimensión de lo que se nos venía encima, ante la ocultación y la deformación de nuestras demandas.

Por el contrario, han sido parte de los sectores sociales más afectados (por los recortes en los presupuestos públicos, por la pérdida de trabajos y viviendas, por la desesperación que queda instalada en nuestras vidas ante la inseguridad de un futuro mejor para ahora y en adelante), los que han puesto la parte más amarga de las consecuencias de esta crisis-estafa. En esta guerra declarada cobardemente contra el pueblo, los muertos los hemos puesto nosotras. Como se puede comprobar, la AMNISTIA SOCIAL tiene mucho de política.

Desde las luchas mineras y huelgas generales, pasando por aquellas que, en defensa de nuestras justas demandas, hemos llevado a cabo con métodos de lucha directa sin violencia contra las personas, como son los escraches, las concentraciones, los cortes de carreteras y polígonos, las marchas y bloqueos de parlamentos y desahucios, aquellas en defensa del derecho constitucional a un trabajo y una vivienda en dignidad, contra la violencia machista que se acrecienta en situaciones de pobreza, por ejercer nuestro derecho a manifestarnos sin que tengamos que esperar el permiso gubernativo. Abarcaría a las personas que fueron identificadas y sancionadas sin más motivo que la caprichosa voluntad de la policía y de quienes la controlan y dirigen.

Objetivos básicos de la propuesta:

La AMNISTÍA SOCIAL llevaría aparejada la DEROGACIÓN INMEDIATA de la LEY DE SEGURIDAD CIUDADANA, más conocida como la LEY MORDAZA. Y, además, debería contener las siguientes medidas:

  • Supresión de todas las causas abiertas en los juzgados derivadas de acciones de protesta contra las políticas de recortes, tanto de derechos laborales como sociales.
  • Anulación de todos los procesos y expedientes sancionadores derivados de la intervención gubernativa en contra de manifestaciones en defensa de derechos democráticos reconocidos.
  • Eliminación efectiva de todo cargo delictivo para quienes se enfrentaron a las intervenciones de la policía (en desahucios, huelgas generales y luchas sectoriales o individuales)
  • Desaparición de toda ficha policial o antecedentes penales archivados que se deriven de las justas protestas sociales llevadas a cabo como consecuencia de la crisis económica.
  • Reparación a las personas más afectadas por la represión (daños físicos o secuelas de otro tipo) y exigencia de responsabilidad a quienes ordenaron intervenciones desmedidas, arbitrarias o de abuso de poder de las fuerzas de seguridad del estado.
  • Restauración de todos los derechos perdidos y cumplimiento integro de todos los derechos humanos. Derecho a decidir.
  • Libertad inmediata para las personas presas que han sido víctimas de montajes policiales o que se vieron forzadas a cometer delitos debido a la extrema situación a la que nos a arrastrado el actual modelo político y económico.

También lleva implícita la desaparición de los ficheros policiales de todos nuestros antecedentes derivados por nuestras protestas Así mismo, la derogación de las leyes que facilitan la cooperación de la policía con empresas de seguridad privada. Leyes que permiten el intercambio de nuestros datos obtenidos bajo unas actuaciones policiales abusivas.

Estas leyes atentan contra cualquier principio de respeto a las libertades individuales y colectivas, y es un ejemplo de la deriva autoritaria y pre-fascista del actual “ESTADO DE DERECHO”.

Solamente la presión desde todo tipo de colectivos sociales afectados puede hacer que esta propuesta de Amnistía Social salga adelante, que sea tenida en cuenta en un supuesto nuevo escenario político oficial. Si una ley de Amnistía de este tipo tiene que ser tenida en cuenta por quienes gestionen el poder político en el futuro, será porque quienes hemos padecido la represión en cualquiera de sus variantes, la exigimos como salida colectiva a cada uno de nuestros procesos judiciales derivados por nuestra resistencia y encontronazos con la ley.

Nunca hemos delinquido, al contrario, hemos tenido que responder a los delincuentes. Si algunos métodos han estado al margen de la legalidad o han tropezado con ella, ha sido porque nos han forzado a ello las circunstancias de agresión continua a nuestra dignidad como personas.

Es por tanto necesario que hagamos esta reivindicación extensible a todo el mundo que crea en una salida digna a nuestras “cuentas pendientes con la justicia”.

¿A quién va dirigida esta propuesta?

La AMNISTÍA SOCIAL es una reivindicación de todas y de nadie. Es el reclamo justo para unas luchas justas que jamás debieron ser castigadas ni sancionadas.

Es un elemento unificador de las distintas respuestas antirepresivas frente a la disgregación y segmentación que pretende el Estado. Señala cada uno de sus distintos rostros y sitúa “los problemas” en uno sólo: la represión.

Principalmente es una propuesta dirigida a quienes de una forma u otra han padecido episodios de represión. Es decir a todas aquellas que han pasado por comisaría o los juzgados, a quienes han sido identificadas y ahora figuran en un fichero policial. También a quienes han padecido la violencia del estado y se resistieron y ahora tienen delitos de desobediencia o agresiones a la policía. Todas hemos sido víctimas de las misma violencia.

Va también dirigida a los colectivos anti-represivos que son la espina dorsal de la resistencia a tanta agresión. A grupos de familiares o amigas (organizadas o no, pequeños o grandes), que saben lo importante de no dejar sola a quien padece la represión.

No se lo planteamos a un organismo oficial ni a una institución del poder político o judicial. Conscientes de que estos sectores sólo moverán ficha si les obligamos, la AMNISTÍA SOCIAL deberá germinar y ser resultado de una voluntad decidida y colectiva de mantener las luchas contra la represión a base de la solidaridad activa, el apoyo popular a las justas luchas que se perfilan en el horizonte. Por lo tanto, no es sólo una reclamación sobre lo que ya ha pasado, si no sobre lo que está pasando y pasará.

Esta idea que planteamos debe desarrollarse en todas sus variantes organizativas; en coordinadoras, plataformas, asambleas, grupos de afinidad, etc. Debe ser escrita en las paredes, cantada en los conciertos, coreada en las manifestaciones, hablada en las radios y escrita en los diarios y revistas. Si no en sus medios en los nuestros, si no ellas, nosotras.

Hacemos un llamamiento para que todas las personas implicadas en su trabajo con la justicia (abogados y juristas), se pongan manos a la obra para dar forma de ley a esta petición.

La elaboración de una ley de AMNISTÍA SOCIAL tiene que ser participativa; los colectivos afectados y personas represaliadas, las asambleas antirepresivas y las asociaciones y juristas solidarias tienen mucho que decir. Eso sí, habría mucha más faena que hacer en caso de que la propuesta fuera asumida por cada vez más grupos y colectivos.

La propuesta de AMNISTIA SOCIAL sirve también para insistir en la injusta situación de miles de personas que han padecido la represión sólo por luchar por su dignidad y por la justicia social. Consiste en establecer una referencia unitaria que aglutine, más que disperse, a las miles de personas que han padecido la represión y cuyos casos se han intentado individualizar. Es necesario dar sentido a eso de “si nos tocan a una es como si nos tocasen a todas”, y también a lo de “hoy por ti, mañana por mi”.

Es por eso que proponemos que hagáis vuestra esta demanda, que la incluyáis en vuestras reivindicaciones y actividades.

Que la AMNISTÍA SOCIAL se plasme en cada lucha antirepresiva que llevemos adelante.

Es una reivindicación que nos pertenece a quienes nos han situado en su diana sólo por el hecho de no resignarnos a claudicar.

Nos pertenece a quienes aún creemos en la dignidad del pueblo trabajador.

POR LA JUSTICIA SOCIAL!!

AMNISTÍA SOCIAL, YA !!


En què consisteix aquesta proposta? A qui va dirigida?

Aquests interrogants són amb els quals ens trobarem quan tractem d'explicar en què es basa aquesta demanda, què volem dir quan parlem d'Amnistia Social. Però hi haurà més preguntes caldrà fer-se i açò és el que volem intentar respondre amb aquest document.

Anem a les definicions del que vol dir literalment amnistia :

“L'amnistia (del grec o amnestia, oblit) és una causa d'extinció de la responsabilitat penal. És un acte jurídic, normalment emanat del poder legislatiu, perquè una pluralitat d'individus que havien sigut declarats culpables d'un delicte passen a considerar-se innocents per desaparició de la figura delictiva”.

“L'amnistia sol tenir efectes retroactius i, entre d'altres, extingeix tota responsabilitat penal o civil i anul·la els antecedents penals. Pel mateix motiu és general, atès que actua sobre tots els que van cometre aqueix delicte, i no sobre individus concrets”.

“L'amnistia sol suposar un nou judici de valor sobre la conveniència de prohibir o sancionar una conducta. Per aquesta raó, les lleis o actes d'amnistia són més freqüents en moments de canvis socials o de règims polítics, i en ocasions s'associa al perdó de presos polítics. Tanmateix, la seua concessió pot ser objecte de polèmica, doncs pot provocar la impunitat dels qui van cometre greus fets durant un règim anterior”

Les modalitats d'amnistia més conegudes són les que afecten a militants preses d'organitzacions polítiques (amnistia política). Recentment el govern ha fet servir l’amnistia per beneficiar a corruptes defraudadors (amnistia fiscal).

I què és una AMNISTIA SOCIAL?

El concepte que plantegem té unes connotacions diferents i més àmplies del que coneixem com a “amnistia política”.

Moltes persones han patit sancions (o estem en la llista d'espera) quan, en defensa dels seus drets bàsics (sanitat, educació, habitatge, llibertat d'expressió, concentració, vaga, manifestació, dignitat humana, etc.)), i forçades per unes circumstàncies de les quals són víctimes, han patit en les seues carns la rigorositat de les lleis vigents i la desproporcionada actuació dels cossos de seguretat de l'Estat.

Cadascuna de les lluites recents en defensa dels drets, d’allò públic (vagues mineres, de neteja, 15M, okupacions, resistència als desnonaments, marees blanca, verda, blava, les marxes de la dignitat, en defensa del dret a l'avortament i els drets de les dones, les de les discapacitades, les de les preferentistes, contra la repressió, etc.) ha comportat una confrontació de milers de persones amb la legalitat per raons polítiques i humanitàries. Molta gent ha comprovat com ens han apallissat, identificat, sancionat, detingut i empresonat. Ens han desdibuixat i insultat sense compassió a través dels seus mitjans de desinformació. Ens hem trobat amb una acció repressiva desmesurada per part de l'Estat en defensa dels interessos dels qui en són responsables d'aquesta situació d'emergència social que estem patint, d'aquest genocidi de baixa intensitat al qual ens sotmeten.

L'Esta ha desplegat una cobertura legal per a aquestes actuacions repressives i sancionadores (moltes d'elles violentes), que ha evolucionat en sentit contrari del que les seues pròpies lleis dicten, inclosa la Carta Magna.

Ho vam veure amb el 15-M en la Plaça del Sol, en Plaça Catalunya a Barcelona i en la Generalitat de València. Amb les estudiants de la Primavera valenciana i en cada desnonament executat, en cada desallotjament d'una okupació.

Ho hem vist amb els casos de Laura i Eva de C.G.T de Barcelona i d'Alfon en Vallekas, amb Inma i Miguel de Granada i una altra gent en els piquets de les vagues generals.

Ho hem patit en els Envolta el Congrés i les Marxes de la Dignitat del 22-M, en les lluites mineres o en les de les estudiants universitàries. En cada escrache contra banquers i polítics, estafadors i corruptes, en les concentracions solidàries amb anarquistes injustament criminalitzades.

Els agradaria que ho patírem en silenci, que férem el cor fort després de cada suïcidi ignorat i silenciat, després de cada intervenció violenta dels Cossos de Seguretat de l'Estat.

Una solució excepcional per a una situació crítica

A l'hora de sancionar-nos i exercir la repressió en protestes més que justificades, no s'ha tingut en compte la situació d'excepcionalitat a la qual ens han portat. Una situació d'empobriment de milions de persones, de pèrdues de drets conquistats amb molt esforç i lluites on les treballadores van deixar la seua vida.
És en aquesta situació d'excepció on milers de persones han hagut de trobar-se en situacions que difícilment imaginaven. L'adéu a l'“estat de benestar”, i la ruptura d'açò que anomenaven “la pau social”, ens han forçat a la confrontació. No amb qui han participat de l'espoli general de les nostres economies i drets, sinó amb els seus mitjans coercitius, les forces de seguretat de l'estat, i també amb el seu sistema judicial.

I és per aquesta injustícia pel que reclamem AMNISTIA SOCIAL i exigim que siguen oblidats els nostres suposats delictes o infraccions de la llei en contra d'un saqueig del comú, d'allò públic, del que és de totes.

No demanem que ens perdonen per haver arriscat els nostres sous i llocs de treball, la nostra seguretat i integritat física pel que estem patint. No demanem ni clemència ni indults... reclamem i exigim justícia social.

Perquè no som fitxes en el joc polític. Siga qui siga qui accedisca al poder polític, haurà de fer justícia amb les persones que han passat per moments de repressió injustificada durant aquest període tan dur per a milers de persones. És necessària aquesta AMNISTIA SOCIAL perquè hem lluitat amb exemplaritat, i per açò cap persona mereix un càstig.

A més, és justa la nostra exigència, més encara quan és demostrable que els mètodes de lluita emprats en defensa de les nostres reivindicacions, per contundents que semblaren, no han esdevingut en fets violents que suposaren pèrdues de vides. Van ser mostres de la nostra impotència i de la ràbia continguda enfront de la prepotència del que se'ns aplicava, enfront de la dimensió del que se'ns venia damunt, davant l'ocultació i la deformació de les nostres demandes. Teníem i seguim tenint necessitat de dir prou. Era i és la nostra obligació combatre als mals governs tirans i cruels. “Potser perdem.. però si no ho fem estem perdudes

Per contra, han sigut part dels sectors socials més afectats (per les retallades en els pressupostos públics, per la pèrdua de treballs i habitatges, per la desesperació que queda instal·lada en les nostres vides davant la inseguretat d'un futur millor per a ara i d'ara endavant), els que han posat la part més amarga de les conseqüències d'aquesta crisi-estafa. En aquesta guerra declarada covardament contra el poble, els morts els hem posat nosaltres. I les nostres víctimes del seu terrorisme no les oblidarem fàcilment. La seua memòria pertany als qui segueixen resistint. El poder voldrà que no els recordem... però no podrà aconseguir-ho perquè seguiran vius en les nostres memòries. Com es pot comprovar, l'AMNISTIA SOCIAL té molt de política.

Des de les lluites mineres i vagues generals, fins als escratxes i bloquejos de parlament, marxes i desnonaments, passant per aquelles que, en defensa de les nostres justes demandes, hem dut a terme amb mètodes de lluita directa sense violència contra les persones, com les concentracions, els talls de carreteres i polígons, en defensa del dret constitucional a un treball i un habitatge amb dignitat, contra la violència masclista que s'acreix en situacions de pobresa, per exercir el nostre dret a manifestar-nos sense que haguem d'esperar el permís governatiu. Abastaria a les persones que van ser identificades i sancionades sense més motiu que la capritxosa voluntat de la policia i dels qui la controlen i dirigeixen.

OBJECTIUS BÀSICS DE LA PROPOSTA:

L'AMNISTIA SOCIAL portaria aparellada la DEROGACIÓ IMMEDIATA de la LLEI DE SEGURETAT CIUTADANA, més coneguda com la LLEI MORDASSA. A més, hauria de contenir les següents mesures:

També duu implícita la desaparició dels fitxers policials de tots els nostres antecedents derivats de les nostres protestes. Així mateix la derogació de les lleis que faciliten la cooperació de la policia amb empreses de seguretat privada. Lleis que permeten l'intercanvi de les nostres dades obtingudes sota unes actuacions policials abusives.

Aquestes lleis atempten contra qualsevol principi de respecte a les llibertats individuals i col·lectives, i és un exemple de la deriva autoritària i pre-feixista de l'actual “ESTAT DE DRET”, amb l'objectiu d'imposar la por que paralitze la resposta social.

Solament la pressió des de tot tipus de col·lectius socials afectats pot fer que aquesta proposta d'Amnistia Social tire endavant, que siga tinguda en compte en un supòsit nou escenari polític oficial. Si una llei d'Amnistia d'aquest tipus ha de ser tinguda en compte pels qui gestionen el poder polític en el futur, serà perquè els qui hem patit la repressió en qualsevol de les seues variants, l'exigim com a eixida col·lectiva a cadascun dels nostres processos judicials derivats per la nostra resistència i topades amb la llei. Mai hem delinquit, ans al contrari, hem hagut de respondre als delinqüents. Si alguns mètodes han estat al marge de la legalitat o han ensopegat amb ella, ha sigut perquè ens han forçat a açò les circumstàncies d'agressió contínua a la nostra dignitat com a persones.

És per tant necessari que fem aquesta reivindicació extensible a tothom que crea en una eixida digna en els nostres “comptes pendents amb la justícia”.

A QUI VA DIRIGIDA AQUESTA PROPOSTA?

L'AMNISTIA SOCIAL és una reivindicació de totes i de ningú. És el reclam just per a unes lluites justes que mai van haver de ser castigades ni sancionades.

Principalment és una proposta dirigida als qui, d'una forma o una altra, han patit episodis de repressió. És a dir a totes aquelles que han passat per comissaria o els jutjats, les qui han sigut identificades i ara figuren en un fitxer policial. També qui han patit la violència de l'estat, i es van resistir, i ara tenen delictes de desobediència o agressions a la policia. Totes hem sigut víctimes de les mateixa violència.

Va també dirigida als col·lectius anti-repressius que són l'espina dorsal de la resistència a tanta agressió. A grups de familiars o amigues (organitzades o no, xicotets o grans), que saben la importància de no deixar sola a qui pateix la repressió.

És un element unificador de les diferents respostes anti-repressives enfront de la disgregació i segmentació que pretén l'Estat. Assenyala cadascun dels seus diferents rostres i situa “els problemes” en un només: la repressió. No li ho plantegem a un organisme oficial ni a una institució del poder polític o judicial.

Conscients que aquests sectors només mouran fitxa si els obliguem, l'AMNISTIA SOCIAL haurà de germinar i ser resultat d'una voluntat decidida i col·lectiva de mantenir les lluites contra la repressió gràcies a la solidaritat activa, el suport popular a les justes lluites que es perfilen en l'horitzó. Per tant, no és només una reclamació sobre el que ja ha passat, sinó sobre el que està passant i passarà. És per tant, una proposta a les persones disposades a reclamar una eixida justa no individualitzada, sinó col·lectiva.

Aquesta idea que plantegem ha de desenvolupar-se en totes les seues variants organitzatives, però de manera autònoma i descentralitzada, fent de les nostres petites parcel·les una resposta comuna. Des de coordinadores, plataformes, assemblees, grups d'afinitat... passant per qualsevol grup. Ha de ser escrita en les parets, cantada en els concerts, corejada en les manifestacions, parlada en les ràdios i escrita en els diaris i revistes. Si no en els seus mitjans en els nostres... si no elles, nosaltres.

Fem una crida perquè totes les persones implicades en el seu treball amb la justícia (advocats i juristes), es posen a la feina per a donar forma de llei a aquesta petició.

L'elaboració d'una llei d'AMNISTIA SOCIAL ha de ser participativa; els col·lectius afectats i persones represaliades, les Assemblees anti-repressives i les associacions i juristes solidaris tenen molt a dir. Açò sí, hi hauria molta més faena que fer en cas que la proposta fóra assumida, cada vegada, per més grups i col·lectius.

En tot cas, la proposta no està feta amb la intenció de guanyar o perdre, sinó d'insistir en la injusta situació de milers de persones que han patit la repressió només per lluitar per la seua dignitat i per la justícia social. Consisteix a establir una referència unitària que aglutinara més que dispersara als qui han parcel·lat els nostres casos, quan sabem que ho pateixen milers de persones que van prendre la decisió de no acceptar amb resignació les polítiques genocides imposades des del poder. És necessari donar sentit a açò de “si ens toquen a una és com si ens tocaren a totes”, i també a “avui per tu, demà per mi“.

És per açò que proposem que feu vostra aquesta demanda, que la inclogueu en les vostres reivindicacions i activitats. Que l'AMNISTIA SOCIAL es plasme en cada lluita anti-repressiva que portem avant. És una reivindicació que ens pertany als qui ens han situat en la seua diana només pel fet de no resignar-nos a claudicar. Ens pertany als qui encara creiem en la dignitat del poble treballador.

PER LA JUSTÍCIA SOCIAL!!

AMNISTIA SOCIAL, JA !!